En México el crecimiento económico no ha tomado en cuenta plenamente las señales de escasez del agua. 101 acuíferos de un total de 600 están sobre explotados. La competencia por este recurso es ya
causa de conflictos de diferente intensidad y escala; entre distintas comunidades, municipios y estados.
Los problemas de escasez en México se han agravado en las últimas décadas. En un intento por regular el uso del agua y de evitar conflictos, el marco institucional ha ido cambiando, sin conseguir del todo una reforma acorde con el nivel del problema. Para acabar con esto se debe conocer a fondo la manera en la que surgen y se desarrollan.
El conflicto está asociado a un conjunto de causas que varían por la región geográfica o por sector. Se debe hacer un análisis detallado de los actores que intervienen en cada caso, sus formas de interacción, sus recursos y formas de organización.
Se aborda desde varias disciplinas y por ello se pueden encontrar numerosos métodos, definiciones y enfoques. Un factor que afecta es la violencia, las causas que favorecen cuando existen: abusos de algún recurso natural, abuso de poder, cuando no se cumplen los acuerdos o tratados, descontento entre la población y cuando se agota el recurso del agua.
Lo que se debería de hacer es identificar las acciones que denotan tensiones de interés entre los actores, quejas, demandas o peticiones ante las autoridades y que hagan algo por responder estas solicitudes.
En México, los mecanismos de mercado, precios, tarifas, han sido utilizados de manera limitada por las agencias gubernamentales, para regular la demanda en los últimos años; conforme crezca el problema de escasez, será más importante afrontar sus consecuencias.
Los consejos de cuenca comenzaron a utilizarse en México en la década de los 90 como un espacio para que los usuarios pudieran discutir sobre el uso y distribución del agua.